Comunes denominadores y discursos en torno a los niños transgénero y qué significa esto para nuestra población lésbica y gay

En el Reino Unido, el centro nacional para la evaluación y el tratamiento de niños y adultos jóvenes con disforia de género es la fundación Tavistock and Portman NHS Foundation Trust, con sede en Leeds y Londres. En el documento “Gender Identity Development Service Statistics” podemos ver que entre 2009 y 2010 se les derivaron 56 casos de hombres de nacimiento y 40 de mujeres, y un solo hijo “de progenitor transexual” en el que no se ve ningún intento de identificar su sexo; del total de 97, la distribución es de 58.3% hombres (machos de la especie humana) y 41.7% mujeres (hembras de la especie humana). Las últimas cifras reportadas, para 2015/2016, muestran un total de 1,419 casos derivados, separados en 490 hombres y 929 mujeres, con un cambio en la distribución: 65.5% mujeres y 34.5% hombres. Esto representa un enorme aumento en la cantidad de niños y adultos jóvenes que buscan ayuda por no conformarse con el género o por identificarse con el otro sexo, así como un movimiento considerable en la distribución de menores y adultos jóvenes que buscan ayuda; históricamente, los índices reportados de hombres que buscan esa ayuda han superado con mucho la cantidad de mujeres, pero por lo visto ya no es así. En términos generales ha habido un aumento de quince veces en casos derivados de menores y adultos jóvenes en un periodo de seis años: separado por sexo, eso es un aumento de 23 veces en niñas contra 8.75 en niños.

He recurrido a fuentes de información públicas para analizar los comunes denominadores entre las vidas y experiencias de menores que afirman tener una identidad “transgénero”. Desde siempre, las historias que llegaban a los medios consistían sobre todo en hombres adultos que anunciaban al mundo su nueva identidad. Sin embargo, a últimas fechas estamos viendo más información sobre estas niñas, niños y adolescentes, así como sobre mujeres que “transicionan” a hombres. 

Las siguientes citas estás tomadas de una selección de historias del sitio web del periódico británico Daily Mail que hablan de hombres (machos) jóvenes transgénero (hay ligas a las fuentes al final de este artículo):

Habían pensado que su hijo, amanerado y al que le encantaba el rosa y hurtaba los juguetes para niña de sus primas, era gay. […] Se envolvía la cabeza en unos pantalones deportivos para asemejar colas de caballo y en Halloween se disfrazaba de princesa. Odiaba las cosas de niño… sobre todo su cuerpo. [1]

Personas entrevistadas dijeron que el joven les había confiado a unos amigos que quería ser niña, que se ponía bikini para nadar y usaba una toalla de Barbie. Iba a la primaria en un patín del diablo color rosa y se ponía moños rosas en el pelo. [2]

Mientras que Blaine prefería jugar con camiones y cochecitos, a Keat le gustaban las muñecas. En la escuela le gustaba disfrazarse con vestidos de princesa. […] Keat se sentía muy a gusto siendo quien era pero temía ese primer día de clases, cuando regresara a la escuela con trenzas y mochila rosa. [3]

Se dejó crecer el pelo, se hizo agujeritos en las orejas y usaba vestidos para ir a todas partes, incluso al jardín de niños. […]El cuarto de Jazz estaba lleno de cosas femeninas: ropa de cama rosa, el clóset lleno de vestidos y una nutrida colección de animales de peluche. [4]

Cuando platica con la gente, se presenta diciendo “Hola, soy Sadie, mi color favorito es el rosa, soy vegana y soy transgénero. ¿Y tú quién eres”, contó Sage. [5]

“¡Deseo que un gentil galán me entregue su amor!”, cantaba con esntusiasmo el preescolar en el baño, imitando a Blanca Nieves, cuyo canto resuena en el pozo de los deseos en la película de dibujos animados de Disney. Seis meses después de cumplir dos años, cuentan los padres de Ryan, le atraían todas las cosas rosas y centelleantes. Ryan, el niño, se ponía pantalones de piyama para simular que era pelo largo, o actuaba papeles de niñas de películas. [6]

Danann Tyler, que nació hombre pero ahora se viste como niña y tiene el pelo largo, […] nunca tuvo ningún interés en los juguetes que a su hermano mayor, Liam, tanto le habían gustado. Su vasito tenía que ser rosa. Cuando una amiga de la familia, jugando a los disfraces, le puso un traje de princesa, se negó a quitárselo. [7]

El común denominador de estas narraciones es muy notorio; en estas siete historias se menciona lo siguiente: preferencia por el rosa (7/7), el pelo (6/7), princesas y vestidos (5/7), “juguetes de niña” (5/7).

Esto no parece ser un caso singular y de hecho está llegando hasta organizaciones de atención a la infancia. Entrevistada en 2015, la directora ejecutiva de la beneficencia para niños transgénero Mermaids Gender dijo:

Se metía a mi armario, se ponía vestidos y una vez a los 18 meses hasta se puso mi brasier. En la guardería, Jackie nunca jugaba con los niños: siempre adoptaba un papel femenino en los juegos y trataba los juguetes suaves como bebés o hacía como que se tomaba el té con ellos. Moría de ganas de meterse a su baúl de disfraces       y salir vestida de Blancanieves, con un suéter en la cabeza con las mangas hacia abajo para que pareciera que tenía el pelo largo. [8]

Este fragmento de “My Trans Daughter” [Mi hija trans], publicado en el sitio web del National Health Service [Servicio Nacional de Salud], muestra que la aceptación cultural de esta narrativa está extendida y no se limita a periódicos y sitios web sobre crianza de los hijos:

Cuando mi hijo Nick tenía como dos años me di cuenta de que no jugaba con los juguetes con que yo esperaba que un niño jugara: le interesaban las muñecas y los disfraces para niña. A esa edad no importa: piensas que están probando con muchas cosas diferentes, así que no me inquietaba.

Pero cuando tenía cuatro años, Nick me dijo que pensaba que Dios había cometido un error y que debería haber sido niña. Le pregunté a mi médico de cabecera que debía hacer. Me dijo que esperara un poco, que podía ser sólo una fase y que ya se le pasaría. Pero no se le pasó sino que se hizo más fuerte. Un día, cuando Nicki tenía seis años, estábamos en el coche y me preguntó cuándo podría hacérsele la operación para cortarle el “pitito” y ponerle una “conchita”. Su primo mayor le había hablado de esas cosas.

La Clínica Tavistock no quería darle bloqueadores hormonales. [La Clínica Tavistock sigue las directrices británicas, que recomiendan no recetar bloqueadores hormonales hasta las últimas etapas de la pubertad. Estas directrices, sin embargo, están en revisión]. Al final fuimos con un médico en los Estados Unidos. Lo encontré en la red de la World Professional Association for Transgender Health [Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero]. Nicki tenía 13 años cuando empezó a tomar bloqueadores hormonales. Ha puesto en pausa su pubertad masculina y eso le está dando tiempo para pensar.

Si se buscan los denominadores comunes en las historias equivalentes de mujeres (hembras) transgénero se arrojan resultados con un énfasis diferente. Es interesante que las historias de mujeres (hembras) transgénero son, por lo general, menos, y que los sujetos tienen edad suficiente para que puedan indicar su orientación sexual:

Alfie, de Harpenden, Hertfordshire, a quien le pusieron Ana cuando nació y cambió su nombre hace dos años, después de sentir que estaba atrapado en un cuerpo de niña desde los siete años de edad, describió su “depresión” cuando inició la pubertad. […] Cuenta Alfie que ya desde que era una niña pequeña rechazaba todas las cosas femeninas: “Me gustaban los deportes y las patinetas, pero nunca me interesaron los juguetes de niñas, las muñecas, las princesas o las cosas rosas. Mi mamá decía que era sólo una fase y que cuando estuviera en la preparatoria me gustarían los chicos y el maquillaje”. Hacia los quince o dieciséis años, Ana empezó a salir con chicos en un intento de ser normal, pero descubrió que le atraían más las chicas y les reveló a sus padres que era lesbiana. [9]

“Recuerdo que pensaba que yo era como los demás niños. […] Recuerdo que cuando tenía como ocho años me cortaron el pelo y luego volteé con mi mamá y le pregunté si ahora parecía niño. Me sentía como uno y quería asegurarme de también verme como uno”. Ya un poco mayor, a Jamie empezaron a atraerle las mujeres; en la preparatoria, cuando las dos tenían 16 años, conoció a Shaaba, su actual novia, que ahora tiene 21 y estudia un posgrado en su misma universidad. [10]

“Creo que soy niño y quiero cirugía”. […] Desde muy chico sabía que no quería ser niña, usar vestidos, llevar el pelo largo o tener pechos u órganos sexuales femeninos. […] “Buscaba ‘niño cambia a niña’ y ‘niña cambia a niño’ y, wow, descubrí que había gente que sentía EXACTAMENTE lo mismo que yo, y así supe que eso es ser transgénero”, escribió. Añadió que tenía como seis años cuando supo que le atraían las niñas, pero todavía no tiene planes de salir con ninguna. “En este momento tengo muchas otras cosas de que preocuparme”. [11]

Kasey, que lleva cinco años en una relación con una mujer. […] “Antes creía que era lesbiana, pero en abril dije en voz alta por primera vez que soy transgénero y me sentí muy bien”. […] Kasey les dijo a sus padres que era gay a los quince años, poco después de cortarse su largo pelo rubio. [12]

En todos estos casos llama la atención un denominador común: la orientación sexual del individuo de que se trate, aunque también son obvias otras preferencias culturales y todas y cada una de las historias de niños indican una preferencia infantil por el color rosa. Para entender la importancia de esto, y observar que se trata de un principio fundamental de la cultura, examinemos la historia de los colores en la ropa. Como lo explica J. Maglaty en “When Did Girls Start Wearing Pink?” [¿Cuándo empezaron a vestirse de rosa las niñas?]:

El camino hacia la ropa diferenciada por género no fue ni rápida ni directa. El rosa y el azul llegaron, junto con otros tonos pastel, como colores para bebé a mediados del siglo XIX, aunque no se promovieron como símbolo del género hasta poco antes de la primera Guerra Mundial. […] En un artículo de junio de 1918 de la revista comercial Earnshas’s Infants’ Deparment podía leerse: “La regla generalmente aceptada es que el rosa es para los niños y el azul para las niñas. La razón es que el rosa, al ser un color más fuerte y decidido, es más adecuado para el niño, mientras que el azul, más delicado y remilgado, es más bonito para la niña”. Otras publicaciones decían que el azul les va bien a las rubias, el rosa a las castañas; o que el azul es para bebés de ojos azules, el rosa para bebés de ojos cafés. En 1927, la revista Time sacó un esquema que mostraba los colores apropiados para niñas y niños según las principales tiendas de los Estados Unidos. En Boston, Filene’s les decía a madres y padres que vistieran a los niños de rosa. Lo mismo hicieron Best & Co. en Nueva York, Halle’s en Cleveland y Marshall Field en Chicago.

A continuación Maglaty explica la importancia cultural y comercial del rosa:

John Money, investigador sobre la identidad sexual en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore, sostenía que el género se aprende principalmente a través de claves sociales y ambientales. “Con esta afirmación se impulsaba en la década de 1970 el argumento de que ‘es cultural, no natural”, sostiene Paoletti.

La ropa unisex siguió siendo popular hasta 1985, aproximadamente. Paoletti lo recuerda claramente porque fue entre los nacimientos de sus hijos, una niña en 1982 y un niño en 1986. “De repente ya no era nada más un overol azul: era un overol azul con un osito de peluche cargando una pelota de futbol”, narra. Los pañales desechablees se fabricaban en rosa y en azul.

Las pruebas prenatales fueron un gran motivador de ese cambio. Los padres y las madres embarazadas se enteraban del sexo del futuro bebé e iban de compras en busca de productos “para niñas” o “para niños” (“Mientras más individualices la ropa, más puedes vender”, dice Paoletti). La moda rosa pasó de los mamelucos y sábanas de cuna a artículos costosos como carriolas, asientos de coche y juguetes con ruedas para montar en ellos. Tal vez los padres adinerados podían decorar el cuarto para el bebé número 1, una niña, y luego volver a empezar cuando el siguiente bebé fuera un niño.

Así, la asociación del rosa con las niñas es de suyo cultural; fuera de la cultura, el rosa no tiene ningún significado con respecto a las preferencias de los menores, ni de los adultos, del sexo que sean. Es notorio que en las historias de las jóvenes mujeres (hembras) transgénero, muchas incluyen un rechazo del rosa, de los vestidos y de las princesas, de manera diametralmente opuesta a las historias de los hombres (machos) transgénero. El parecido más llamativo en las historias de las mujeres (hembras) transgénero es la orientación sexual: en las cinco historias, el sujeto previamente se había identificado como mujer gay, o sea lesbiana. Esto es un tema recurrente en la política feminista: se percibe que la transición de muchachas a muchachos es, en palabras de estas feministas, una forma de eugenesia gay. Léase esta cita tomada de “How do you know if you’re transphobic, and what is to be done about it?” [Cómo saber si eres tránsfoba y qué hacer al respecto], de R. Gerlich.

Hoy en día muchas lesbianas dicen que si, cuando eran jóvenes, las políticas de la identidad de género hubieran estado tan extendidas como ahora, en lugar de reconocer y aceptar con los años su inconformidad con el género y su atracción al mismo sexo, habrían creído que eran niños. […] En efecto, muchas críticas del transactivismo dicen que esta nueva moda de medicar a gente joven sobre la base de la identidad de género es una forma de eugenesia gay. […] El propio transactivista Scout Barbour-Evans dijo en RadioLive que el género es un “constructo social”, y en eso tiene razón. Y cuando se medica a la gente joven, al grado de esterilizarla, sólo para que se alinee mejor a los constructos sociales y se ajuste a ellos, eso es eugenesia. Y como la conformidad de género tiene tanto que ver con la heterosexualidad obligatoria, es una forma de eugenesia gay.

No es aventurado sostener que se están interpretando los rasgos de personalidad de las niñas masculinas (o los niños femeninos) como indicador de que la “identidad de género” de la criatura no corresponde a su sexo. ¿Acaso eso no es equivalente a sugerir que la personalidad determina el sexo?

Así como las ideas culturales del género no son estables a lo largo del tiempo, tampoco la conducta de los niños no conformes con el género parece serlo. En una reseña de once estudios de seguimiento de 1972 a 2013, “Do trans-kids stay trans when the grow up?” [¿Los niños trans siguen siéndolo cuando crecen?], James Cantor concluyó lo siguiente:

Todos los estudios han llegado a una conclusión sorprendentemente parecida: para cuando son adultos, muy pocos niños trans siguen queriendo transicionar. Más bien, por lo general resultan ser gays o lesbianas comunes y corrientes. El número exacto varía según el estudio de que se trate, pero a grandes rasgos, entre 60 y 90% de los niños trans, al llegar a la edad adulta ya no lo son.

Si podemos estar de acuerdo en que la masculinidad en las mujeres es una expresión social indirecta de que son lesbianas y la feminidad en los hombres es una expresión social indirecta de que son gays (tal como observa Gerlich), hay un peligro real de que cuando una criatura muestra conducta no conforme con el género esto no se interprete como que cuando crezca será homosexual, sino que nuestros niños femeninos y nuestras niñas masculinas se están percibiendo como “transgénero” y ese trato se les da. Si los menores siguen transicionando al ritmo que hemos estado viendo, hay el riesgo de que esto arrase con nuestra población lésbica y gay.

Referencias:

[1] “Call me Katie: U.S. boy, 8, to live as a girl after being diagnosed with ‘gender identity disorder’” http://www.dailymail.co.uk/news/article-1184245/Call-Katie-U-S-boy-8-live-girl-diagnosed-gender-identity-disorder.html

[2] ‘Boy, 12, turns up for school as a girl after sex swap during the summer holidays’ 21 September 2009 http://www.dailymail.co.uk/news/article-1214314/Boy-12-turns-girl-summer-holidays.html#ixzz4YOLdKdlZ

[3] ‘The schoolgirl who was born a boy: Parents defy local bullies to support child’s transition after she was diagnosed with gender identity disorder at seven years old’ http://www.dailymail.co.uk/femail/article-2611975/Little-girl-9-born-boy-determined-live-normal-life-despite-backlash-hate-campaigns-local-community.html#ixzz4YOMRZtKc

[4] ‘”He’s asking what parts of a boy I have”: Transgender teenage girl, 12, faces new problems as she starts dating’ http://www.dailymail.co.uk/femail/article-2264745/Hes-asking-parts-boy-I-Transgender-teenage-girl-12-faces-new-problems-starts-dating.html#ixzz4YOO1SRq3

[5] ‘’We’re just like everyone else’: Transgender girl, 11, writes speech in response to Obama’s historic inaugural address because she wishes he’d spoken about her community too’ http://www.dailymail.co.uk/news/article-2267777/Sadie-Croft-Transgender-girl-11-writes-speech-response-Obamas-inaugural-address.html#ixzz4YOPMLMHz

[6] ‘This is Ryan’s first day as a girl, and everyone better be nice’: How transgender kids are navigating school challenges with increased support’ http://www.dailymail.co.uk/femail/article-2332346/This-Ryans-day-girl-better-nice-How-transgender-kids-navigating-school-challenges-increased-support.html#ixzz4YOQRQNpw

[7] ‘”When kids said I was a boy it made me sad”: Transgender eight-year-old reveals why she’s much happier living as a GIRL’ http://www.dailymail.co.uk/news/article-2062296/When-kids-said-I-boy-sad-Transgender-child-says-shes-happier-living-girl-born-male.html#ixzz4YOS7Eout

[8] ‘Transgender children: “I first realised Jackie was different when she was 18 months old”‘ https://www.daynurseries.co.uk/news/article.cfm/id/1571947/Transgender-children-How-nurseries-can-support-those-with-gender-identity-issues, consultado el 13 de febrero de 2017

[9] “’When I was a girl’: Transgender men share pictures of themselves before transition and reveal what it’s REALLY like to change sex” http://www.dailymail.co.uk/femail/article-3270572/Transgender-men-share-pictures-transition-reveal-s-REALLY-like-change-sex.html, consultado el 1 de marzo de 2017

[10] “Transgender student takes a selfie EVERY DAY for three years to document his transition from a girl to a man” http://www.dailymail.co.uk/femail/article-3264587/Transgender-teenager-takes-selfie-DAY-three-years-document-transition.html, consultado el 1 de marzo de 2017

[11] “R. Kelly’s 14-year-old Jaya comes out as transgender and reveals the singer hasn’t spoken to him since he announced he’s a boy” http://www.dailymail.co.uk/news/article-2655163/R-Kellys-14-year-old-Jaya-comes-transgender-reveals-singer-spoken-announced-hes-boy.html, consultado el 1 de marzo de 2017

[12] “Transgender man who says his body feels ‘completely wrong’ starts crowdfunding to raise £5,000 to remove 34DD breasts” http://www.dailymail.co.uk/femail/article-3301747/Transgender-man-says-body-feels-completely-wrong-starts-crowdfunding-raise-5K-double-mastectomy.html, consultado el 1 de marzo de 2017

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